...Silence...
Los suspiros llenaban la habitación de un vapor cálido y palpable.
Cuatro paredes separadas por una infinidad abstracta que brotaba espontáneamente de la boca de los amantes que la poblaban.
Dos jóvenes, descubriéndose e invadiendo cariñosa e inseguramente al otro.
Dos lenguas entrelazadas en un húmedo abrazo, mientras las manos de él recorría la espaldad de ella, como las llamas la leña.
La única lámpara, velada por la suave tela del camisón de noche de ella, legado al olvido, emitía un tenue resplandor rosso, que a los ojos de ambos sabían a la más refinada melodía.
Un ligero corpiño salvaguarda su marfileño tesoro, cuidadosamente decorado tras las fauces de su cautiverio.
El espacio entre ambos cuerpos tendía a disminuir más allá del cero…
Millones de impulsos saltaban a la vez. Jugar. Descubrir. Disfrutar. Compartir.
El sol podría haber deseado, tal vez, alcanzar tal esplendor…
Y, por fuera, reinaba el silencio…
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