sábado, 18 de diciembre de 2010

Premios?


Quiero compartir aquí, algo que quizás no tenga ninguna importancia seria. Gané, el premio especial (mención honrosa) en el concurso "Creación Literaria Joven Roberto Bolaño", organizado por el Consejo Nacional del Libro y la cultura, con el cuento "Tempestad", que de hecho, está publicado en este mismo blog, desde hace un buen tiempo. (Shh!! nadie debe saber eso *-) ) bajo el nombre de "Suspiro" Llevaba un año mandándolo a diferentes concursos, y casualmente ganó algo en este, y es realmente especial.

Por otra parte, tambien obtuve el primer lugar en un concurso interno de mi colegio, el concurso "Ercilla en 200 Palabras".


Y bueno, estos logros lo único que hacen es darle a uno la energía para seguir haciendo lo que a uno le gusta. Gracias a todos los que han tenido que ver con mi avance, sobre todo a la dama del centro de la segunda foto, y al tipo a su derecha que también tiene medallas. Mi profe y mi amigo.

See you in another life...

Han sido ya tres vidas desde que comencé a escribir esta historia, y dos desde que la terminé. Y no hablo de reencarnación, ni nada por el estilo. es, nada más, que cada vez que dos personas se encuentran, nace una nueva vida, y cada vez que se aleja, esa vida acaba, y otra debe comenzar. o no? Supongo entonces, que esta es la historia de varias vidas. el final, que alguna vez me gusto tanto, creo que sufrirá un cambio en esta ocasión. De todos modos, aún faltan muchas publicaciones para ese final.

Lamento haber dejado pasar tanto tiempo sin publicar nada. Y no porque no haya escrito.

Saludos.

________________________________________________________________

Prologo:

Esta historia no fue escrita para ser interpretada, analizada o despedazada de forma alguna, es un todo complejo y compacto, que no debe ser intervenido por mano ajena.

Algunos pensaran que esta historia fue escrita para ellos, otros, que fue escrita para algún conocido suyo. Pues bien, yo les digo, esta historia fue escrita en principio para mi, y en última instancia, para cualquiera que se sienta parte de ella.

Atacado por las presiones a las que siempre nos vemos sometidos, atrapados como estamos en una sociedad de hierro, en lo que importa no es el ser, sino el saber y el tener, que van siempre de la mano, me dedico yo, no a ver las cosas obtusas o a ir contra la corriente, sino a mostrar, en simples y llanas palabras, lo que se vive hoy, lo que una persona de intelecto medio-superior piensa y siente. No pretendo con esto colocar a mi persona en los laureles, sino simplemente mostrar lo molesto que puede llegar a ser, en algunos casos, usar demasiado el cerebro, y poco el corazón.

Es así como me vi envuelto en la afanosa tarea de narrar, paso a paso, las cosas que cruzaban por mi mente y mi espacio, como un caleidoscopio oscilante, latente y siempre cambiante mundo de un adolecente demasiado maduro, demasiado inquieto, con el espíritu aventurero de un anciano y la paciencia de un joven.

Pero claro, nada pude ser tal y como queremos que sea. Quizás haya alguien que vea valores, o anti-valores, como estoy seguro que muchas personas creyentes notaran al primer vistazo.

Es que yo creo en un ser superior en mi forma única y propia. Sólo puedo pensar lo siguiente, las cosa son demasiado perfectas para ser hechas por el azar. Más bien, y contrario a lo que muchos creen, y en contra de la más básica de las enseñanzas del catolicismo, que es el que gobierna nuestras vidas cotidianas, pienso yo que somos mucho más perfectos que aquel ser superior, y si tomamos las escrituras, el simple hecho de poder hacer el mal nos coloca en una posición superior.

Quizás algunos se sientan pasados a llevar por aquel mensaje, pero es lo que uno piensa, cuando se dedica a pensarlo, y a corroborar lo que se da por sentado. Pensar mucho tiene sus ventajas y sus desventajas, y es de eso principalmente de lo que trata la presente historia.

Y es que en esta historia, trato de hacer notar la razón de todo pormenor, la razón de ser del protagonista no es sino verlo todo de la manera más exacta y denotativa posible. Si tiene más de una forma de verse, no sirve, y necesita una rectificación… O así será en un principio.

Me decidí a escribir un prologo pensando en todo lo que podía sacarse como conclusión de este texto, luego de entregárselo a un par de personas muy cercanas. Y quiero advertir al lector, que cualquier interpretación que haga, tiene que saber, es parte de sí mismo, y no solo de la historia y sus protagonistas.

“Aquello que en estas hojas se revele será, sin más, lo que pasa más a menudo por la mete del lector. Porque un lector no es sino un autor que recibe la obra, y la adapta para sí mismo.”

Y con esa frase termino mi verborrea.

P.D. Pido perdón por el modismo, pero me gusta mucho más la palabra “Escalofríos” que “Calos-fríos”, me parece más bella.

domingo, 20 de junio de 2010

Sueños de una noche de día:

...[Sueño de una noche de Día]...
"como saber si un corazón
roto aún funciona?
Es que acaso sigue
haciendo ?"
– Lord Faerigan.

La fría luz inexistente del comienzo del ciclo del ciclo del astro de plata iluminaba las sombras de la habitación de una joven emocionada.

Un poco de desesperación, ansiedad y confianza se mezclaban indiferentes en su corazón. No había razón para que esa noche fuera diferente a las otras. No que ella supiese.

El cabello suelto, le caía por sobre el camisón, que sólo usaba para mantener la fachada. Mas las profundas sombras bajo sus ojos delataban la verdad.

Clamaba tener pesadillas, y para poder dormir, algo que fuese suficiente, iba a su cuarto en cuanto el sol amenazaba con desaparecer.

Allí fingía, hasta que alguien pasaba a corroborar su relato. Sentía el chirriar de las bisagras más que oírlo. Fruncía el seño, con los parpados muy juntos. Se volvía un poco, y respiraba ruidosamente.

El espectador suspira, y juntaba la puerta cuidadosamente.

Ella se levantaba entonces, se cubría con un cobertor, deslizaba suavemente el pestillo, y abría la ventana, y se apoyaba en el alfeizar. Esperando.

Oteaba el horizonte, El sueño quería llevarla consigo. Arroparla junto a sus coloridos almohadones. Pero ella se resistía.

Una caricia gélida en el viento delataba el momento anhelado.

Unos brazos firmes la rodeaban desde su cintura, y de la neblina fotofóbica, noctámbula, surgía el rostro esperado por la mente diurna de la muchacha.

-Lamento la tardanza.- Le dijo el recién aparecido.

-No importa

Una sonrisa radiante iluminó levemente la evidencia de su insomnio. Fue sólo un momento, un instante ínfimo, pero fue suficiente para que el etéreo ser lo persibiera, y una sombra de pesar cayó sobre su rostro.

-¿Qué sucede?

-Es mi culpa…

-¿Cómo…?

-No has dormido nada las últimas semanas, ¿Verdad?

Un rubor, entre culpable y avergonzado.
Una lágrima carmesí rodó por la mejilla blanca.

-Es que… esto no debería ser… -La voz del ser innatural que se hallaba en la habitación pareció quebrarse. –… Tienes que seguir el curso natural de las cosas… un humano… y un monstruo…

No sabes… No sabes cómo desearía poder caminar contigo bajo el sol… poder descanzar a tu lado de noche… En cambio… debo… al anochecer, y velar un sueño que te resistes a vivir…-

-Pero… Pero… Prefiero estar contigo de verdad, que sólo soñarlo, y que al amanecer, desaparezcas… prefiero poder despedirme…

La sangre caía insanamente de esos ojos desesperados.

-Lo siento… De veras que lo siento…

-Pero si no es tu culpa…

-Aún así… todo lo que hago es causarte dolor y complicaciones… no sé como logras aún quererme, a pesar de todo…


-Eso es porque no te quiero. ¡Te amo!

Los papeles se invirtieron, y ahora era la joven quién envolvía a su acompañante.

-Tú eres todo lo que necesito, y si para verte deberé dejar de dormir, dejar de soñar, incluso dejar de comer, lo haría gustosa.

-¡No! Tienes que descansar. Tienes que comer. Tienes que soñar… Hazlo por ambos… hazlo por mí, que ya perdí todo aquello…

La abrazó más fuerte, sin dejarse llevar, recordando lo frágil que aquél cuerpo mortal era frente a sus longevos brazos. Ella limpiaba cariñosamente los costrones que ya comenzaban a formarse en su rostro.

-Sabes… Quiero hacerlo… Ahora…

Él la miró, asombrado.

-Sí, sé que dolerá, pero quiero saber que tengo una parte de ti siempre conmigo. Sólo así lograrás que pueda conciliar el sueño… que sienta que sigues conmigo cuando despierte…

Asintió levemente, y con el dolor de su alma inmortal, desgarró precisamente la tersa piel de la muchacha. Lo más cercano al hombro que le permitían sus ropajes. Así, nadie vería la marca.

Bebió, sólo lo suficiente.

En el momento mismo en que perforó aquella piel virgen, un gemido reprimido reverberó por la habitación. Una mezcla de fantasías cumplidas y un dolor apenas soportable.

Y la sensación de escurrir en el interior de su amado, era sencillamente indescriptible.

El terminó antes de lo que ella hubiese deseado, pero ahora venía la otra parte.

Él se llevó la mano a su propio cuello, y realizó una pequeña incisión con sus garras. La joven se acercó, besó cariñosamente la herida, y venciendo un instante de repulsión, lamió aquel líquido que manaba. Sentía la calidez y el sabor alcalino de la sangre de su pasión.

Y entonces, lo vio. Aquello de lo que ya le había advertido. Por sólo un segundo, pudo ver a través de su mente. Pudo sentir como quemaban los sentimientos que tenía por ella. Y, a su vez, el pudo dar cuenta de la pureza de los sentimientos de ella.

Aquel instante de comprensión total se desvaneció muy pronto. Pero el nexo que se había creado, lo sabían indeleble.

-Te amo, Mucharto.

-Yo igual te amo.

-Buenas noches.

-Dulces sueños, amor mío. Ya verás como cuando despiertes, seguiré contigo. Siempre.

Las palabras salieron, casi ininteligibles de la boca de la durmiente: Soñaré con una noche, donde ambos caminemos por el día…

miércoles, 5 de mayo de 2010

Wonderful Dear

...Wonderful dear...

“I CAN MAKE YOU FEEL ALL BETTER, JUST TAKE IT IN
AND I CAN SHOW YOU ALL THE PLACES, YOU´VE NEVER BEEN
AND I CAN MAKE YOU SAY EVERYTHING, THAT YOU NEVER SAID
AND I WILL LET YOU DO ANYTHING, AGAIN AND AGAIN
NOW YOU´RE IN AND YOU CAN´T GET OUT

Hot – Avril Lavinge

El repicar de una campana llenó el ambiente. Tres bloques a la redonda podían escucharla.

Pero para el chico que esperaba frente a la entrada principal, aquel molesto golpeteo metálico tenía una connotación diferente.

A sus ojos, el sonido cobraba vida. Dos enormes colosos de viento escapaban raudos desde el interior del establecimiento. Ambos a la par, lanzándose sigilosas miradas mientras dejaba atrás todo lo que intentaba detenerlos.

Volvían, pocos instantes más tarde, trayendo consigo una enrome llave, que hacían calzar justo por encima del portón enrejado color musgo, que le daba a la escuela una apariencia carcelaria.

Éste cedía dificultosamente, y un enjambre de uniformes y bolsos de todos los colores comenzaba a escurrir hacia el exterior. Caras de hastío, de diversión y de rutina asomaban indistintamente, como las almas por el río Estígia.

Un efluvio de vehículos separaba, virtualmente, al joven de esta vertiginosa escena.

Sabíase observado. Sabía que llamaba la atención. Apoyado contra el muro, con una pierna ligeramente recogida. Moviendo lenta y silenciosamente los labios, al ritmo de la música que sólo él podía oír. Ignorado impúdico a toda persona que no fuese su blanco. La razón que lo tenía allí.

Una sonrisa iluminó su rostro.

Poco después, la muchacha que había divisado entre la muchedumbre cruzó y se acercó a él.

Un beso tierno, leve, en los labios fue el saludo.

-¿Nos vamos?

Ambos comenzaron el corto recorrido que los separaba del hogar de la muchacha.

-¿Te digo algo?

-Dime.

-Te amo.

Una risita juguetona escapó de los labios de la única persona que podía reclamar la atención de aquel joven en aquellos instantes antes de contestar.

-Yo más.

lunes, 3 de mayo de 2010

Lack of darkness

...Lack of darkness...

La luna brillaba nulamente sobre el estrellado firmamento. Desde su hogar, descansando, como cada mes. Dejando todo sumido en penumbras. Dejando a un grupo de campistas a su suerte, y dependientes del todo de la titilante llama de un fogón.

El frío luchaba por hacer mella en su ánimo, y aunque, de vez en cuando, un sutil tiritar delataba la vulnerabilidad de los jóvenes, no lograba provocar un desaliento tal que no desearan continuar danzando, gritando, jugando.

Pero claro... todos allí estaban por un motivo. Nadie en su sano juicio se somete a la tortura fisiológica de viajar hacia el epicentro del frío y mucho trasnochar.

Y así, cumpliendo con esta realidad, uno de ellos guardaba rencores y pesares...

Ligeramente apartado de las llamas que tan innaturalmente lo atraían. En el borde de las penumbras. Sintiendo que la oscuridad, por fuera, comparada con la de su corazón, jamás sería suficiente...

lunes, 26 de abril de 2010

Reductio ab absurdum...

...Reductio ab absurdum...

“trata a los demás como quieres que te traten a ti”... Que absurdo...

¿Cuánto hace ya...?

No estoy seguro... Perdí la cuenta...

Años de tratarlos como basura... y respondían agachando el moño...

Otro par más, tratando de ser amable y agraciado... y responden con veneración...

Ya no lo soporto más... Prefiero borrar todo y empezar de cero... siendo yo mismo... No tener que temer represalias frente a un desliz de la mascarada...

Sí, soy un cobarde...

Sí, estoy renunciando sin pelear...

No seguiré con algo que sé que es inútil...

Quiero poder ser yo... Por dentro y por fuera...

lunes, 12 de abril de 2010

Nightjar


No, definitivamente, no es el mejor poema que he escrito, pero bueno, como todos los que escapan, presisamente "salen" sin que pueda yo hacer algo al respecto... -_-U

Por cierto, "Nightjar" es un ave crepuscular y/o nocturna.


...Nightjar...

Una celda sin barrotes.

Paredes sin ladrillos.

Una silla sin sombra.

Un día sin luz...


Los ojos se abren.

Perplejos, observan.

Un regazo, su cuna.

Una caricia, su almohada...


Una melodiosa cantata,

repicar de campanas.

Canción añorada.


-Te amo- Le dice,

el, antes, prisionero.

Y –“yo más” – le responde,

Su adorada doncella.


Un silencio tranquilo.

Palpitar, desbocado.

Un locuaz ronroneo,

ve la luz desde el sueño.


-“Regalón”- Dice ella.

Los colores suben.

A su sonrisa acuden.

martes, 6 de abril de 2010

¿Star War?

...¿Star War?...

Atrapados en medio del metamundo, entre “Cano”* y las demás dimensiones, mal llamadas “asignaturas”. Donde las leyes de la termodinámica se curvan para aumentar exponencialmente la entropía de un curso; En cuanto la energía potencial académica se convierte en energía cinética auto-destructiva, que surge de los individuos que intentan alcanzar la plenitud y superar el pecado original: el NEM...

Donde todos se retuercen al contacto de las moléculas del informe...

Y, por si esto fuese poco, el único farol en todo el hiperespacio es incapaz de superar el intento de una guía, por el bien de la continuidad del espacio-tiempo.

Los astros titilaban como avergonzados, mientras la escrutadora mirada de una joven pareja los despojaba de su eterno aislamiento.

El cielo se abría a sus anchas sobre un azul profundo, que se encrespaba en la costa, bailando al son del suave susurro del viento.

Un último, silencioso, resplandor resbalaba sobre los oscuros cabellos de la muchacha, asida con firmeza al torso de su acompañante.

Las estrellas no escaparán a su muerte, no pueden ir más allá del tiempo.

Pero el tiempo es incapaz de sobreponerse a la infinidad que dos personas y un palpitar al unísono son capaces de crear.

domingo, 28 de marzo de 2010

Silence

...Silence...

Los suspiros llenaban la habitación de un vapor cálido y palpable.

Cuatro paredes separadas por una infinidad abstracta que brotaba espontáneamente de la boca de los amantes que la poblaban.

Dos jóvenes, descubriéndose e invadiendo cariñosa e inseguramente al otro.

Dos lenguas entrelazadas en un húmedo abrazo, mientras las manos de él recorría la espaldad de ella, como las llamas la leña.

La única lámpara, velada por la suave tela del camisón de noche de ella, legado al olvido, emitía un tenue resplandor rosso, que a los ojos de ambos sabían a la más refinada melodía.

Un ligero corpiño salvaguarda su marfileño tesoro, cuidadosamente decorado tras las fauces de su cautiverio.

El espacio entre ambos cuerpos tendía a disminuir más allá del cero…

Millones de impulsos saltaban a la vez. Jugar. Descubrir. Disfrutar. Compartir.

El sol podría haber deseado, tal vez, alcanzar tal esplendor…

Y, por fuera, reinaba el silencio…

martes, 23 de marzo de 2010

Fake

...Fake...

“mis ojos quedaron prendidos en aquél rostro,

En aquella pálida máscara de piedra y

sentí que ahora tenía ante mí al verdadero Demian”

Demian

Herman Hesse

Elisa, la muchacha perfecta. La niña prodigio. Amiga de los profesores. Siempre pulcramente maquillada. Aislada. Solitaria. Inteligente. Hipócrita. Pedante. Falsa.

Todos estos pensamientos cruzaban inagotablemente por la momentánea laguna mental de Ariel. Una tarea tan simple como pedirle que la ayudara a estudiar, volvía a una muchacha insegura por naturaleza, un amasijo de preocupaciones.

“Vamos, niña, necesitas ayuda... Tengo que sacarme ese rojo...” Se repetía, una y otra vez, tratando de infundirse ánimos. Pero los comentarios de sus compañeras hacían mella en su determinación.

-¡Es terrible! ¡Uno le pregunta algo, y ni siquiera te responde!

-El otro día, escuché que le dijo a alguien que si no podía hacer el ejercicio sin mirar al lado, debería volver a pre-kinder.

-Dicen que está loca, siempre le lleva la contra a los profes.

Hasta donde Ariel sabía, el sólo hablarle fuera del salón de clases era como firmar una sentencia de muerte.

Sonó el timbre. Elisa no tardó mucho en guardar los muchos libros y materiales que mantenía, casi permanentemente, sobre su pupitre.

Se disponía ya a irse, y abandonar aquella celda intelectual, o mazmorra de ignorancia, según quien mirase, cuando una llamarada de pelo caoba la detuvo.

-Hola...- Fue lo único que cruzó por al mete de Ariel, y lo dijo sin pensar.

-Hola- Fue la alegre respuesta que recibió.

“Es muy distinta de cómo dice la gente”

-Me... Me preguntaba si me podías ayudar a estudiar... No soy muy buena con esto... Y la prueba es mañana... y...

Su interlocutora miraba intensamente el reloj sobre el pizarrón. Su rostro se contrajo en una mueca de resignación, apenas perceptible, y luego se volteó hacia ella.

-Lo siento ¿Qué decías?

-Si me puedes ayudar a estudiar...

-Emm... Tal vez...

-Si no puedes, no importa... –La muchacha ya casi se había resigando...

-No es eso, es que debo llegar pronto a mi casa... Ahora, si no te molesta venir y estudiar allí, por mi no hay problema.

-¿¡En serio!?

-Claro ¿por qué no?

Ariel no cabía en sí de gozo. Quizás al fin pudiese dejar de ser la burla de la clase.

Juntas se encaminaron hacia la salida, y Ariel siguió curiosa a su compañera.

Caminaron hasta el paradero. Esperaron la locomoción. Estuvieron sentadas casi una hora. Se bajaron y caminaron aún cerca de 7 cuadras antes de llegar al hogar de Elisa.

En la muralla externa, había un enorme grafiti pintado con diversos colores, y trazos que parecían indicar un trabajo en proceso.

La llave sonó contra la cerradura un par de veces, antes de que esta se dignara a ceder.

-Mamá, una amig...

Un fuerte golpe resonó, acallando el discurso.

-Llegas tarde- Replicó una voz cascada, que se abrió paso a empujones entre las dos muchachas y escapó raudamente.

Ariel se solidificó en el lugar donde estaba. Completamente en blanco. Mientras su mente se tragaba todos los prejuicios y juicios que sus compañeras, conocidas, e incluso amigas, habían hecho de aquella persona, veía como una única lágrima, amarga, silenciosa, caía desapercibidamente hacia el interior de los ojos oscuros de Elisa.

-Vamos, tenemos que estudiar...

Ambas entraron silenciosamente en el recinto...

sábado, 30 de enero de 2010

~Guilty~

“La magia existe para los que creen en ella.

Eso sí lo admito.”

– Ushiromiya Ange(-Beatrice)

Umineko no naku koro ni.


Un niño no sería capaz de hacerlo... Un adulto tampoco, si es que viene al caso...

Aunque... si lo piensas bien, siempre hay excepciones, ¿no?



-¿Ese chico?

-Sí, ese.

-No le veo nada extraño...

-Por lo mismo

-Ana... No te entiendo... ¿Qué quieres decir?



Como si fuese así de difícil seguir un pensamiento tan lógico. Tan puro. Es increíble que pueda provenir de un contenedor tan impío.



-Piénsalo. Vive solo. ¿Cuántos años tiene...?

-Pues parece de 19, creo...

-¡No seas tonta! ¡Es el mejor de la clase! Apenas unas semanas cumplió 16...

-¿¡De veras!?

-¡Sí!

-Pues no los aparenta.



...



-¡Eso es lo extraño!

-Pero Ana... tú tampoco pareces de die... de tu edad...



Oh... esto podría ser interesante...



-Mira. Vive solo. Siempre tiene el uniforme limpio y planchado. Siempre cumple con todos los deberes. Es el primero de la clase. No participa en ningún deporte en particular. Está hasta el cuello con actividades extracurriculares. Y si estás atenta, puedes verlo caminando (casi corriendo) por los pasillos a menos un par de veces al día, y los profesores están al tanto, e incluso le ofrecen ayuda para ponerse al día. Y él la rechaza airada, pero humildemente, y retoma el ritmo de inmediato...

-Mírate, Ana. ¡Estás hecha toda una acosadora! ¡Estoy orgullosa de ti!



Omg... lo dice en serio... que tía más rara...



-Olvídalo...



Veamos... según este patrón, dentro de aproximadamente 2 segundos, ella voleará sus ojos hacia aquí, pero no su rostro. Su amiga, en tanto, no parece lo suficientemente lista, y seguirá el curso de la mirada, y dará conmigo. Mh... Démosle el susto de su vida...



-¡Jenny, No...!



Ven... Siéntelo. Sé que puedes verlo en mis ojos. Sí, son rojos. Para ti son rojos. Y te atraen. Sí, así es, te atraen. Pero no porque sean agradables. Te atraen, así como la liebre se enamora por un segundo de los ojos del lince. Así como el ratón suspira por el búho antes de ser alzado. Así es como estos ojos te atraen. Porque la vida pasa por delante de ellos, como hormigas sobre la corteza. Porque la muerte se refleja en ellos. Y tiene tu rostro. Y es guiada por mi mano... Vamos... Dejate devorar... Déjame...



-¡Jenny!

-A... ¿¡Ana!?

-¿¡Estás bien!?

-Qué... – Eso... adelante... mírame de nuevo... vuelve a mí... mi querida presa...- ¡NO! ¡No!

-¡Jenny, cálmate!

-¡No! ¡Vamonos! ¡Sácame de aquí! ¡An...



Oh... ¿Ya se van...? ¿Tan pronto...? Es una pena... Estuvieron a punto de sacarme una sonrisa las felicito chicas.



¿Quieres saber cómo murieron todos...? ¿Cómo quedé solo...? Bueno... deja que te cuente...

La edad no es impedimento para sentirse atraído por lo oculto y misterioso, ¿no crees?

Oh... yo diría que te equivocas. Te fijaste en mí, ¿Cierto? No como te hubiese gustado, tal vez, pero que ha de hacérsele.

De acuerdo. Era una tarde calurosa. Una tarde cualquiera de verano. Mis hermanos se hallaban en la segunda planta. Y ella... Bueno... llegó, como todas las tardes. Cansada. Agotada, tal vez.

Pocos minutos después, el silencio reinaba, en lo que a dialogo interpersonal refiere. Sonidos emitidos por parlantes cuidadosamente seleccionados retumbaban en los oídos de cada usuario, tecleando frenéticamente frente a una pantalla vacía. Metafóricamente, claro está.

- (...)Hazme un favor, quieres.- no era una pregunta... – Anda a comprar pan.

Algo nimio. Superfluo. Banal. Y absolutamente necesario.

Sí, lo sé. A mí también me sorprendió. Pero las catástrofes ocurren precisamente porque son inesperadas.

De algún modo perdí los estribos. Me dejé llevar. Y a pesar de eso. Me retuve, como siempre he sabido hacer. Y me fui a mi habitación.

No debió haber entrado.

Se burló de mí. Se burlo de mi meditación. ¿Un “cabro chico”? ¿¡Quién diablos se cree que es!?

Mi madre no. Dalo por hecho. No se lo merece.

-¿Qué por qué veo tantos “monos chinos” como les dices tú? No lo sé... ¡Quizás sea para quitarme de la mente esta insufrible realidad en la que estamos metidos

-¿Insolente? ¿¡Yo!? ¿¡Qué hay de ti, madre!?

Le detuve el brazo. Ella debió haber previsto lo que podría pasar si seguía así. Por lo que desvió su atención a los objetos. No le opondrían resistencia, y yo sufriría viendo años de recuerdos destrozados en segundos. Error...

En cuanto la caja de madera toco la fría loza, se partió en pedazos. Cartas, mí preciada colección de cartas, dirigidas a mi por diferentes familiares, amigos y seres queridos, en distintas etapas de mi vida. Mi baraja, aquella que fue mi amiga cuando nadie más quiso serlo. Mí rosario, recuerdo de que la gente lejana también me recuerda. Mis anillos. Cada uno con su historia. Cada uno con su significado único y personal. El dardo que obtuve en una competencia, que me enseño que no siempre que uno gana, el resto sufre. Y... no... Demasiado doloroso como para recordarlo...

Una voluntad de humo surgió a mí alrededor, envolviéndome. Y lo dije, sin miramientos. Sabiendo lo que implicaba aquello.

~¿Cómo puede ser mi culpa? Si tú misma lo dijiste... La magia no existe... ¿Verdad? ~

Eso es lo último que recuerdo. Desperté en el hospital, con una anemia grave y diversos cortes en mi espalda, antebrazo, muslo, pantorrilla y en las sienes.

-Lo sentimos muchísimo... –Me dijeron- Sólo pudimos salvarte a ti...

Él no sabía que yo no lo sentía para nada...



-(...) a! ¡Vámonos te digo!



Así es. Sigo aquí. No me he movido. Pero tú sí. Te arrastra tu amiga.





-¡Buenos días!

-...

-Sí, te hablo a ti. Ana, ¿Verdad? No, no soy mudo, es un mito. Lamento lo que le pasó a tu amiga ayer...

-Mentiroso.

-¿Qué...?

-Al final... sí lo sentiste... Sólo te hiciste el duro...

-...

-Sabes... Creo que sí me atraes, aunque sea un poco...

jueves, 28 de enero de 2010

...Creepy...

Todos empezamos siendo perfectos.

Empiezas a ver que la gente se tuerce

cuando sus sentimientos naturales

son reprimidos

- Elizabeth Kübler Ross

I am the god of my own history”

– Memento mori / Kamelot

“¿Cuántas personas se necesitan

para hacer cantar a un muerto?”

- Lord Faerigan

"¿Qué pasa cuando una persona pierde

el deseo de vivir?

¿Muere allí mismo,

o se mortifica viviendo sin motivo?"

– Celeni / “Conde” Cap 1, VI

“Yami yori mo kowai no wa kodoku”

(La soledad se hace más

aterradora que la oscuridad)

– Rozen Maiden (op)

“Esa muchacha me enseñó...

que los ojos plateados también

pueden derramar lágrimas...”

– Bishou no Teresa

(Teresa, la de la débil sonrisa)

Claymore

“Now if you bring the captured, kill them

As if my message is to watch you kill the dark.”

– Mnemosyne (op)

“Las coincidencias no existen.

Sólo lo inevitable.”

– Yuuko / xXx Holic

El destino atrae a los que

sufren notoriamente

– To aru majutsu no index (op)

-¿Acaso le parecerá gracioso al desquiciado ese…? Con esto no cabe duda de que fue un asesinato premeditado... Como si hubiera alguna en realidad...

-¿Inspector?

-Mande

-Tiene que ver esto... El cuerpo...

Aquel a quien se referían como inspector recorrió el corto trecho desde la cocina de la víctima hasta su estudio, inmediatamente contiguo a su habitación, con apenas unas cuantas zancadas. “Trancos” solía decirle su compañero, asiduo lector de Tolkien. Pero desde el caso del falso secuestro de la señora Myria... bueno... digamos que no estaba muy... “vivo”...

Soltó un suspiro, y dirijió su mirada al lugar donde se encontraba el cadáver. A simple vista, se parecía a todos los demás cuerpos encontrados esa semana. Pero siempre había algo distinto. Algo que lo hacía distintivo. Algún rasgo que calzaba con la víctima... con su estilo de vida...

Trató de ignorar la garganta rasgada, sólo lo justo para dificultar la respiración. Aún sobresalía de la herida el arma. Una reina de corazones. Sí... una carta... de un naipe inglés cualquiera. El forense casi se desmaya cuando comprobó que el patrón del corte correspondía con el borde de la misma. Los brazos, rodeados con cadenas, que parecían trepar por ellos como dos serpientes. Los ojos desorbitados, llenos de horror y de un dolor inconmensurables... Y la causa de muerte... una trepanación craneana. En realidad, una extracción completa de la parte superior del cráneo... y del cerebro...

En esta ocasión, como pudo apreciar el Inspector, llevado por un interés morboso, y una frialdad profesional, antes de centrarse nuevamente en el cuerpo, se hallaba sobre el escritorio. Como siempre, semi-oculto por un sombrero.

-Digame, profana-cuerpos ¿Qué tiene hoy en el menú nuestro “As”?

Claramente, al forense a cargo no le hizo ninguna gracia el comentario. Por lo que se limitó a responder sin siquiera levantarse a saludar, como demandaba el protocolo.

-Encontramos un lápiz en las manos de la víctima.

Encontramos, me suena a mucha gente –pensó el aludido –de seguro que al llegar a ese cargo, ni siquiera mira por si mismo la evidencia.

En cambio, dijo: -Pero eso me parece natural ¿se hallaba en su estudio después de todo, no?

-Sí, no sería extraño, salvo porque este lápiz no le pertenece. Y que me parta un rayo si me equivoco, pero diría que es el mismo con el que se escribió esa extraña nota que trae usted.

Claro, había olvidado el papel que traía consigo.

-¿Ed?

-¿Mhh?- Estaba demasiado concentrado procesando la reciente información como para elaborar una mejor respuesta. Su nuevo compañero no le desagradaba especialmente. No más que el resto, al menos. Y eso ya era algo. Pero si había algo que sí odiaba de él, era su condenada tendencia a reducir los nombres.

-Creo que hay algunas frases que están destacadas...

Al centrar su atención en la nota, y con la notoria mejora de iluminación que acompañó el cambio de ambiente, se hizo evidente lo que acababan de sugerirle. Algunas de las palabras, entre las muchas frases allí citadas, habían algunas que parecían más marcadas que otras.

-Debo decir en mi defensa, Deangelo, que es difícil notar una negrita manuscrita, en lo que parecen garabatos aleatorios, en una factura amarillenta, chorreada de sangre...

-¡Pero Ed! Tranquilo hombre, que nadie te está acusando.

Suspiró. Tenía razón, pero desde que tuvo que testificar en la corte... Además, el maldito acento italiano con el que hablaba se parecía endemoniadamente al del juez de turno. Pero bueno, Deangelo no tenía la culpa de su herencia italiana. Ni de que él, “Ed” tuviera una traba con aquel país en específico...

-Es cierto, lo lamento.

-En cualquier caso, deberíamos dejarlo hasta aquí. Esperemos hasta que limpien la escena, luego podremos sentarnos a pensar tranquilamente.

-O salir a buscar más pistas – se lamentó para sus adentros el Inspector. Ya no estaba en su edad más atlética, y de no ser por la miseria de compensación que le habían ofrecido, se habría retirado hace un par de años.

Ya en casa, se dejó caer en su mullido sillón. –Los ahorros de todo un año- suspiró.

Destapó una botella de whisky, y se sirvió un vaso. Y luego otro.

Veía sin ver. Algo en el cuadro negro de la televisión apagada le parecía hipnotizante. Atrayente. Relajante.

En aquella dimensión, no había crímenes, ni deudas, ni agotamiento. Mientras que si osaba encender el aparato, todo eso se esfumaba... y la realidad lo golpeaba de nuevo.

-Todos perfectos la gente se retuerce son reprimidos I am god Se necesita un muerto El deseo se mortifica sin motivo la aterradora oscuridad Me enseño los ojos plateados la débil sonrisa Kill them kill the dark No existen sólo el destino sufre notoriamente.

-¿Eso queda, juntando los segmentos?

-Sí.

-Bueno, supongo que no tendrá sentido, a menos que coloquemos los puntos.

-Esto me recuerda un cuento de niños...

-No te me pongas sentimental ahora, Ed...

Los investigadores se habían reunido en la casa de Deangelo, en las afueras de la ciudad, para intercambiar opiniones. Él era soltero, por lo que no tenía mayores problemas. El inspector acababa de terminar las citaciones por su segundo divorcio. Tampoco los tenía. Aunque en realidad... eso nunca le importó demasiado...

-¿Conoces la historia del rey y el profeta?

-...

-El rey consultó a un profeta sobre su futuro. Y este le dijo que podía entregarle el mensaje de los dioses, o espíritus, que sé yo, pero que él mismo tendría que putearlo. Y el mensaje fue

“A la guerra iras morirás nunca regresaras”

-Una simple línea. Tres meses después, estalló la guerra, y el rey partió a la cabecera de su ejército, muy confiado, pues, había interpretado los versos de la siguiente forma:

“A la guerra iras. Morirás nunca. Regresarás.”

-Un año después, llamaban al profeta ante la corte, a comparecer, y explicar que su monarca no hubiese vuelto aún. Y el dijo: “Fue error suyo, el mensaje era bastante claro: A la guerra iras. Morirás. Nunca regresaras...”

-Entonces... ¿Intentas decirme que si lo leemos mal, estamos fregados?

-No, intento decirte que tenemos que pensar en todas las posibilidades.

-Creo que... si separamos primero todo lo que va en un idioma y en otro, podría ayudar un poco. No creo, por muy maniado que sea, que coloque las cosas todas mezcladas, no es su estilo.

-¿¡Y cómo diablos sabes eso, Ed!?

El inspector levantó los hombros. –Uno debe tratar de meterse en la mente del criminal. Si no, jamás lo atrapa...

-Bueno, suena lógico

Deangelo contuvo un escalofrío. Era cierto, es lo primero que le enseñaron en la escuela de investigaciones. Aún así, la forma en la que lo dijo, tan calmado, tan serio, lo hizo sentirse apenas un novato.

-Entonces... si hacemos eso, nos queda:

Todos perfectos la gente se retuerce son reprimidos Se necesita un muerto El deseo se mortifica sin motivo la aterradora oscuridad Me enseño los ojos plateados la débil sonrisa No existen sólo el destino sufre notoriamente.

I am god Kill them kill the dark”

-¿Y ahora…?

-Ensayo y error, el más grande milagro de la ciencia. Pensemos. Primero, luego de “Perfectos” debe ir un punto, ya que no puede unirse de modo alguno con la frase siguiente.

-Lo mismo luego de “reprimidos”, ¿o no?

-Sí, pero antes, entre “retuerce” y “son” va una coma o un punto.

-Ya veo...

El silencio se apoderó de la sala, largo minutos, mientras colocaban diferentes signos en la copia que había hecho Deangelo en su computadora. El muchacho no quería ni siquiera intentar imaginar como habría sido ese trabajo antes de tal tecnología... no se veía copiando a mano la nota directamente. Realmente estaba agradecido de la informática y las fotografías...

-Entonces, quedamos con algo como esto:

Todos perfectos . La gente se retuerce , / . son reprimidos . Se necesita un muerto . El deseo se mortifica sin motivo . La aterradora oscuridad me enseño , / ... los ojos plateados , la débil sonrisa . No existen . Sólo el destino sufre notoriamente.

I am god . Kill them , / . kill the dark””

-Sigue sin sonarme a nada... ¿Qué tal tú?

-Dime, ¿Has leído “Alicia en el país de las maravillas”?

-Ed... ahora sí que me estás asustando. ¿¡Te volviste loco!?

-No, piénsalo. Siempre encontramos un sombrero. Siempre encontramos una carta, y precisamente, la reina de corazones. Siempre hay algo raro, distinto, en el cuerpo. ¿Recuerdas que eran?

-Un reloj de bolsillo... una tasa... un espejo... y... un bolígrafo, si mal no recuerdo...

-El conejo, el salón del té, el espejo... lo único que no calza parece ser el bolígrafo.

-Pero... ¿Qué podría ser entonces...?

-Quizás un mensaje... Como intentando decir que él designaba a sus victimas... según un patrón... algo... desconocido para nosotros...

-Y... ¿Qué piensas que es...?

-“Yo soy el sombrerero loco, captúrenme si pueden” y las palaras parecen decir algo parecido... “En el país de las maravillas, yo soy dios, y gobierno desde las sombras. Todos son sólo marionetas”

-Vaya... que sorpresa... no pensaba que llegaras tan lejos. –Deangelo se puso de pie, y fue hasta el bar abierto, un hermoso mueble, tallado en roble. Colocó los licores cuidadosamente a un lado y empujó la parte posterior. La madera cedió, y dio acceso a una cavidad en la pared. Extrajo una pila de sombreros, una sierra manual, de las que utilizaban los médicos para amputar miembros a principios del siglo XIX. Y una baraja compuesta únicamente por reinas de corazones. –Pero te faltó la parte más importante...

-“El sombrerero loco... - Musitó, inmutable, el Inspector- No es una persona... somos todos...”

-Veo que lo captaste muy rápido...

-Bueno... no había de otra... sospechaba que si no lograba deducirlo, no llegaría hoy a mi casa.

-¿Cuándo comenzaste a sospechar de mi?

-Cuando me dijiste lo de las palabras destacadas en la nota... Me costó bastante diferenciarlas. No era posible que tú, a simple vista, y de refilón, pudieses notarlo. Tenías que haber visto la hoja antes. Lo cual era imposible, ya que yo fui el primero en alejarse del cuerpo. Por tanto...

-Tenía que haberla visto antes. Muy astuto.

-¿Puedo preguntar algo?

-Adelante

-¿Por qué las cadenas?

-Todos somos esclavos de algo... O de alguien... Si nos ponemos a pensarlo cuidadosamente... podrías decir que fue instinto. Pero... ¿Qué es el instinto?

No creo que sea, como afirma mucha gente, una “inteligencia”, algo así como un recuerdo genético, que pasa de generación en generación. No. Creo que es más bien, una forma de interpretar la realidad, en base a conocimientos obvios, anteriores, y elementos presentes directamente. Es lógica, a diferencia de la intuición...-

-... Sólo que a veces no somos capaces de seguir su lógica.

-Exacto. Nuestro cerebro es capaz, inconscientemente, de realizar ese proceso cognitivo en nanosegundos. Somos capaces de sospechar de una persona y hacernos a un lado en el último minuto para esquivar un tiro, simplemente porque nuestro cerebro interpreta un movimiento extraño tras la espalda de un sujeto, o un cambio en su mirada.

Un recuerdo fugaz de su ex-compañero cruzó por su mente... ¿Cuánto lo habría estudiado este sujeto? ¿Cuántos años había preparado este encuentro?

-Así pues... –Deangelo parecía divagar en otra dimensión, con la mirada perdida, y a la vez atento al Inspector, quién no parecía tener intención de huir. Se sabía atrapado. – llegué a preguntarme otras cosas. ¿Qué es el valor? Pues, no es más que la forma en la que los ilusos creen volverse poderosos por sus ideales... –un silencio incómodo se apoderó de la sala, y el muchacho rubio, de ojos esmeralda, facciones europeas y acento italiano pareció volver a la realidad de golpe.- ¿Pero sabes que pregunta sigue, o no...?

-¿Qué es la locura?

-Qué más, sino el instinto en su grado más puro. Sin las trabas que coloca la sociedad. Sin temas Taboo... sólo es. Y actúa como tal.

-¿Qué criterio usaste...?

-Ninguno. Sólo estuvieron en el lugar equivocado... en el momento equivocado... Y ahora llegó mi turno... the hatter, that’s what I am... & what I’ll never be again…

-Inspector Eduardo Green, ha sido citado ante este tribunal para testificar respecto al asesinato de su colega, Deangelo Catello, muerto de la misma manera que todas las víctimas del caso que investigaban. Según su testimonio previo en la comisaría, usted dice haber escuchado como se quebraban los cristales, y luego fue noqueado, por lo que no pudo reconocer al asaltante. Cuando recuperó el conocimiento, el crimen ya había sido perpetrado, y no había rastro del ejecutor. ¿Es eso correcto?

-Sí su señoría

-Me permito recordarle que está usted bajo juramento, señor Green. Aún así mantiene su testimonio?

-Así es, su señoría...

-Y no podría ser de otra forma... – pensó, a la vez que una pequeña sonrisa casi tuerce sus labios, bajo su máscara de indiferencia...