sábado, 16 de mayo de 2009

Diario de un moribundo V

Domingo 12 / 10 / 08; 01:22 hrs:

 

Pasó más tiempo del que yo creí que soportaría sin realizar estas anotaciones. Me parece increíble que me haya rehusado a escribir aquello que alberga mi interior hasta el día de mi primer escrito en este documento, y me parece más increíble aún el que no sea ya capaz de vivir por mi cuenta.

 

Estas notas han pasado a ser parte de mi ser. Nunca he podido estar solo, a cabalidad al menos. Si bien puedo ir a un lugar abandonado y utilizarlo a voluntad, hasta hace ya casi 15 días, siempre iban conmigo, siempre a mi lado, como mi sombra.

 

Tal vez a mi lado no sea la expresión correcta. En mi interior si… desde pequeño, habré tenido unos cinco años en ese entonces, logre dividir mi mente en “diez personas”. Diez formas distintas de pensar, si así quieren verlo. Una forma increíblemente útil al momento de pensar y de utilizar “caretas”. Porque uno siempre las usa, no es el mismo con los adultos que con sus pares ni con sus inferiores. Sí, inferiores, a esa corta edad yo ya catalogaba algunas personas como seres de menor nivel y les despreciaba interiormente. Cada una estaba a cargo de algunas emociones y de alguna rea del pensamiento.

 

Así es como comenzó mi viaje interior en el que me volví sumamente inestable, era capaz de pasar de estar eufórico a querer cortarme las venas en pocos segundos.

 

Luego de todos estos años, los “reasimile”. Pero esto me dejó con un increíble vacío que ahora lleno escribiendo aquí. Termine atado a aquello que rehuí por tantos años, la soledad.

 

Aquí estoy… tantas cosas han pasado que no se por donde comenzar.

 

He de partir por el tema que más me urge y que me ha traído grandes minutos de amargura. Aquella estrella que ilumina mi existencia no me ha hablado mayormente del tema. Luego de aquel susurro casi inaudible, parece como si nada hubiese cambiado, evita el tema y yo obedientemente hago lo mismo. Mas, una pequeña alusión a ello se escapo de sus labios… -“Le conté a todos… Ya todos saben…”- es lo que me dijo. No me avergüenzo por ello. Sin embargo, mentiría si dijera que todo es completamente igual. Me evita, es bastante notorio, en algunos momentos hasta pareciese que estuviese ignorándome. Mas, esto no es nada. Me sigue dirigiendo la palabra,   se ríe cuando lanzo un chiste, claramente, es que no quiere responder, el por qué seguirá siendo un misterio para mi. Me alegra poder seguir sumergido en mi “burbuja” de alegría y poder sentir que cada día que pasa, puedo obtener una respuesta.

 

Hoy, muy a mi pesar, ocurrió un hecho que me llena de angustia, a pesar de que este se haya resuelto sin grandes incidentes. La mejor amiga del ángel de mi precaria existencia y el mismo se pelearon. Una discusión que partió de la nada, casi como un juego, pero que se les fue de las manos. Terminaron hiriéndose profundamente el uno al otro. Especialmente porque se conocen desde pequeños. El conflicto lo continuaron en privado, llegando a un alegre desenlace, mas los minutos de espera se me hicieron abominables. No supe que hacer, no podía actuar, pues para la persona que consume mis pensamientos no soy más que alguien con quien gastar tiempo libre cuando “no hay nadie más disponible”. Es de este modo que me atormente a mi mismo hasta que acabó todo.

 

Miento, aún me atormento pensando en si hice lo correcto.  Tanto así que llegue a romper mi propio voto de silencio y le pregunte a las dos personas más cercanas a mi que se que entienden de sentimientos, mi prima y la novia de mi mejor amigo.

 

 

 

Miércoles 15 / 10 / 08; 15:48 hrs:

 

Increíbles e impredecibles se me hacen los giros del destino… y lo digo porque es inaudito esto para mi, que siempre planeo hasta el más ínfimo detalle.

 

Ayer me rebosante de dicha y alegría… me dirigió la palabra por primera vez desde aquello. A pesar de hallarme sin compañía, la curiosidad fue más fuerte y bendigo el libro que llevo a todos lados por ser tan poco conocido porque por su gracia obtuve un momento de dicha plena.

Sábado 29 / 11 / 08; 23:03 hrs:

 Así pasa el tiempo y nadie da cuenta de ello… A pesar de que esta semana he progresado bastante… estoy aún muy lejos de mi objetivo… he cambiado radicalmente y mi blando interior ya no esta dentro de un acorazado, como solía ser y me siento extremadamente susceptible…

 

De manera extraña… siento una firme unión con lo terrenal, que antes despreciaba con tanta fuerza y sentido… ahora lo único que quiero y deseo es una mano cálida que me brinde el bienestar por el que mi alma clama…

 

¿Por qué será que la vida nos ataca a todos de distinta manera? ¿Le parece a alguien chistoso que haya que sufrir para poder vivir…? Porque, para ser feliz, hay que sufrir, eso lo tengo más que claro… pero a estas alturas de la vida, hay que sufrir para poder incluso mantenerse en pie…

 

una pequeña imagen, grabada en mi retina, es todo lo que puedo guardar y atesorar de aquella estrella que ilumina mi camino, con los flecos de su traje… dejándome literalmente, entre la espada y la pared.

martes, 12 de mayo de 2009

Y así aparece la luna nueva...

Y así aparece la luna nueva
Atapada por el sol y las tinieblas
Luchando por mostrar
Su lado oculto al mundo
Sin poder voltear
El velo de silencio

¡Oh, dime, 
Dios de la media noche!
¿Qué puedo hacer
Para la tortura deshacer?

¡Oh, dime, 
Dios de la media noche!
¿Qué puedo hacer
Para no sufrir 
y ver el tiempo correr?

Y así pasan los silencios,
Velados por los años,
Cubiertos por la roca
Que crece sobre el musgo,

¡Oh, dime, 
Dios de la media noche!
¿Qué puedo hacer
Para la tortura deshacer?

¡Oh, dime, 
Dios de la media noche!
¿Qué puedo hacer
Para no sufrir 
y ver el tiempo correr?

Y así el agravio, 
De los años pasados,
Roído y destartalado,
Deja paso 
Al tronar oradado

Y así la vida, 
Pasa de la muerte a la huída,
Del hambre a la fuga
Y de la nada a la vida.

¡Oh, dime, 
Dios de la media noche!
¿Qué puedo hacer
Para la tortura deshacer?

¡Oh, dime, 
Dios de la media noche!
¿Qué puedo hacer
Para no sufrir 
y ver el tiempo correr?

¡Oh, dime, 
Dios de la media noche!
¿Qué puedo hacer 
Para olvidar poder?

viernes, 8 de mayo de 2009

Diario de un moribundo IV:

Lunes 06 / 10 / 08; 17:56hrs:

Me encuentro en uno de los momentos más caóticos de mi vida. Irónicamente, es también uno de los más felices que he tenido nunca.el momento preciso,

Muchas cosas han pasado, pero solo dos me han marcado, si, bien digo, marcado. Luego de esto, estoy seguro que no volvere a ser como era antes.

La primera y de momento más importante es que finalmente lo logre, no puede decirse que “me arme de valor” pero si requirió cierto esfuerzo. Pero fue algo que he de agradecer al karma. Se dio justo en el momento preciso, una instancia en la que, con la excusa de contarle un secreto de alguien del condominio donde vivimos, le dije lo que en realidad ha rondado por mi mente durante todos estos días.

No quise o no pude quedarme a ver la reacción. Me fui, simulando una tranquilidad de la que en realidad carecía en ese momento. No me fui para hacer el momento más tenso. Me fui porque mi alma o soportaría una negativa, no una segunda vez. Mi exterior será muy fuerte y de postura firme, pero es una coraza, una concha que protege mi frágil interior.

Aún recuerdo la última vez que osé dar un paso fuera de esta. La respuesta fue un tajante y frío no que dejo mi alma desparramada por el piso, sin posibilidad alguna de consuelo. Todo lo que quedo fue ira, no contra la persona que me había rechasado, sino contra mi propio ser. Me maldije por semanas enteras. Cuando por fin me recupere, me juré que nunca volvería a arriesgarme de manera tan estúpida, y mucho menos por “amor”.

No fui capaz de sobreponerme a mi mismo, y me aleje. No corrí, porque ello me habría significado un punto en contra si se ve desde fuera. Me aleje con toda la dignidad y compostura que pude, para luego dejar que la desolación carcomiese mi alma en la tranquilidad impenetrable de mi lecho.

Aun así, no me arrepiento. Me alegra el hecho de que esta pequeña movida de piezas, me permita disfrutar de cuatro dias de gozo, si, de gozo, porque la incertidumbre siempre alberga un dejo de esperanza. Prefiero disfrutar este tiempo de duda que dejar caer mis esperanzas al mismo instante.

Ahora veo su cara donde quiera que mire, el pizarrón del colegio, mis cuadernos, inclusive en la pantalla misma del computador desde el cual grabo mis anotaciones a fin de tener un lugar desde donde recordar que alguna vez tuve alma y fui humano… Veo su rostro sonriente, tal y como lo vi minutos antes de que le susurrara yo aquellas palabras, antes de voltearme y quedar sumido en la duda. Aquellas palabras, simples, básicas, pero que no fueron escogidas al azar y que contienen en muy pocas silabas aquello que mi corazón guarda bajo siete llaves en un espacio más grande que mi residencia… -Te quiero…-

Así es como terminé en este gran embrollo, en esta burbuja de felicidad de la que no saldré sino hasta dentro de unos días más tarde. Espero que esto me de la fuerza suficiente para afrontar cara a cara lo que me depara aquel ente, ya sea un si o un no, que sea yo capaz de sobrellevar la respuesta sin que pierda de una vez por todas, aquel nexo, pequeño que me mantiene unido a esta especie.

No es que yo no tenga emociones, es que para mi son superficiales. Son muy pocas las que utilizo y son dos las que dejo entrever, y entre ellas, el amor y aprecio no figura. Tengo dos opciones, luego de recibir mí ultimátum, en el mejor de los casos, tendré que demostrar mi afecto y sería para mí un momento de dicha que se mantendría a salvo en mi memoria hasta el fin de mis días. O dejar de lado totalmente aquel deseo innato del ser humano y resignarme a lo que debo hacer, vivir la vida pensando solo en el mañana y olvidar el futuro. Quedando atrapado en la pregunta…

¿Y luego qué?

domingo, 3 de mayo de 2009

Diario de un moribundo III:

Viernes 03 / 10 /08; 23:50 hrs:

Son momentos como el recién vivido los que me recriminaré el resto de mi vida. Acabo de tener una oportunidad única de encontrarme a solas con aquel ente que deslumbra mi existencia y, muy a mi pesar, no he sido capaz de dirigirle palabra alguna que albergara mis más profundos anhelos.

Así, en silencio y con frases muy pensadas, no logro dejar entrever que mi verdadero deseo es hacerme notar. La mayor aspiración de un cualquiera es que su ser amado le tome en consideración y le acepte. Mas, en mi caso es diferente, y ello recalca aún más el hecho de que mi alma esta corrompida a tal punto que ni siquiera puedo esperar lo mínimo de aquel ser, lo único que anhelo, más allá de cualquier otra cosa, sobrepasado solo tal vez por la sed de conocimiento que me embarga, es que se note mi presencia, que si no estoy yo presente alguien me eche en falta. Mas, esto no ocurrirá, y lo se muy bien.

Siempre digo que no me importa el “Qué dirán”, mas si este viene de aquellos labios que he admirado en un secreto y vetado deseo, estas palabras duelen más que un corte de katana.

Mi vida gira entorno a elementos que no son de la vida de nadie más. Y por ende, no soy capaz de actuar como ellos y ellas. Estoy atrapado en el limbo, mis congéneres platican de banalidades y mis mayores hablan de temas igual de insignificantes a la hora de la práctica. La única diferencia es la capacidad del léxico y lo monótono de los temas a tratar.

Y, así como estaba de aprensivo, un chispazo segador de esperanza me mantuvo a flote. Alguien me ha preguntado hoy por el hominismo. Al fin alguien se interesa por esta materia. Alguien dispuesto a romper el hielo, a librarse de las ataduras del entendimiento para llegar al raciocinio puro.

He de advertirle las consecuencias que esto podría conllevar, pero parece más que dispuesto a sufrir por su fin.

He de dejarlo por hoy, el agotamiento ya adormece mis extremidades y mis párpados se vuelven más y más lentos en su afán.

Además se me ha presentado hoy la oportunidad de mi vida. Un “curso de verano” en el que podré ampliar mis conocimientos en el área más interesante, desde mi punto de viste, de la biología, la genética. Y necesito de reposo para poder procesar la idea.

Esperemos que todo corra según los planes, mi calendario se reacomode y todo comience a progresar como esta dispuesto. Sufrir un mes completo de manera exponencial es agobiante, pero la recompensa que conlleva en mi caso bien lo vale.
No se puede saber si caer en la locura ni vise-versa. Siguiendo esto, al tratar de acercarme más y más al conocimiento que busco, casi sufro este trágico destino, pero he logrado sobreponerme. Ahora solo necesito tiempo, hasta la noche de los espíritus. La noche donde finalmente lograre encontrar, si no una respuesta, al menos una pista del camino a seguir, acerca de la pregunta que, día a día consume mi cuerpo, mi alma y mi espíritu.

¿Qué soy?