miércoles, 15 de junio de 2011

Good Nigth's Tale



...Good Night’s tale...

“La naturaleza no es como un mecanismo de relojería.

Un reloj sin terminar no funciona.”

- John D. Barrow.

Muchas lunas atrás, antes del invierno de mis memorias, una bella aparición se manifestó en mi vida. Doncella de las aguas, júbilo encarnado.

Manos finas y graciosas me aferraron. Me salvaron del lago opresor de apatía y discordia. Me ayudó a ver el mundo a través de sus ojos cristalinos. Me meció en el mancebo oleaje de sus cabellos.

Virgen sagrada, de recóndito altar, a quien yo, pecador, me advoco esperando redención. Esperando alcanzar el cielo sagrado de tus aguas. Vivir bajo un manto de luz, de hebras tan finas que escurren entre los dedos de una mano, formando pelusas que reflejan una corona de siete colores sobre tu rostro.

Reflejaste mi vida en tu corazón, y me devolviste una imagen diferente. Me permitiste ver lo que hay tras la cubierta de tierra, hasta el acuífero interior. Llenaste el vacío pétreo de mi pecho con el efluvio cálido de tu querer.

Fuiste tú, Náyade que mora en las lagunas de mi conciencia, quien me conoció por entero, por como soy de verdad. Solo a vos os he dedicado lo más preciado que me fue encomendado guardar en vida: mi arte, mi vida. Sólo tú sacas de mi la letra ingénita, que de otro modo fenecería, triste y sombría, por falta de una musa, de inspiración divina.

Si bien el tiempo nos separó, que la timidez pudo más que nosotros, que volviste a las profundidades de las aguas superficiales, y yo a la superficie de la profunda soledad; Henos aquí de nuevo.

Porque hay algo más allá de las aguas. Hay algo más sólido que el líquido del querer mismo.

Porque la luz siempre se ve desde el fondo de los pozos. Sólo hay que ser capaz de aferrarse a ella.