viernes, 21 de octubre de 2011

Lamia



...Lamia...

¿Saben? Nunca pensé que terminaría así... Que tendría que comparecer frente a ustedes, infieles... mortales. Pero aquí estoy, rebajándome a su nivel. Y nada más porque quiero dejar una semilla de mi pensamiento en este mundo en decadencia.

Porque en realidad, no me arrepiento. Si pudiera, los degollaría a todos aquí mismo, y dejaría que su sangre pecaminosa escurriera entre mis dedos. Y bebería con eterno regocijo de la manera más grotesca posible, sólo para que sus almas se retorcieran de espanto. Pero claro, no puedo. La tea de Thanatos se ha apagado para mi, y ya lo único que me queda es mi voz, para corromper a la juventud.

Juzgadme, si así lo consideran correcto, pero no doblegaran mi voluntad. ¿Y qué con unos cuantos cuerpos? ¿Y qué con unos cuantos cuellos? ¿Son acaso ustedes mejores que la bestia que afirman ver en mí?

¿¡Que has dicho!? ¡Sí, tú! ¿¡Hijo del diablo!? ¡No más diabólico que el que te dio la vida! ¿Qué ven de malo en mí?

Soy una criatura de la noche, bien lo sé, que mata para sobrevivir. Pero si eso es tan malo... ¿Por qué se me dio vida en primer lugar? ¿O es Hamlet el único autorizado a dudar de su existencia?

Por favor Cerberus... Sólo unos minutos más... Te lo imploro de rodillas. Sólo déjame decir, que me arrepiento de no haber matado más, de no haber visto antes en la inmortalidad el castigo divino que en realidad conlleva... de no haber intentado acabar antes con la muerte en vida que es la vida sin la muerte...

2 comentarios:

Bencif dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Bencif dijo...

Todavia no lo puedo comprender en su totalidad, es tan... no hayo el adjetivo xD