viernes, 16 de enero de 2009

Per secula, seculorum...

Un sacerdote me dijo una vez: -“Hijo, los Ángeles vienen en todos los tamaños y formas. Siempre están contigo, y con todos nosotros. Son como nuestros guardianes, Dios los puso allí para que siempre tuviéramos un hombro en el cual apoyar la cabeza.-

Recién ahora, con el paso de los años comienzo a entender la sabiduría de sus palabras, que cuando pequeño tome de manera literal y me sentía protegido por mis celestiales guardaespaldas…

Hubo sin embargo un tiempo, en que me sentí totalmente solo, como si ya nadie me tuviese en cuenta, abandonado a mi suerte, tratando de nadar contra la corriente.

Me canse de las incongruencias de la religión, me harté de mi familia, de mis amigos, de todo el mundo. Y sobre todo, de la soledad. No quería seguir solo. Quería sentir que alguien caminaba a mi lado, junto a mí.

Pensé que tal vez la respuesta tuviese que ver con mi entorno, que si cambiaba las cosas, si lograba que los demás viesen las cosas como yo, todo se solucionaría, pero no fue así, la gente me rechazó más. Ya que mis pensamientos no eran más que témpanos duros y fríos de un corazón corrompido.

Entonces la vi. Ella era mi ángel de la guarda. Me tendió su mano y me rodeó con sus alas negras como la noche, calidas como el día y acogedoras… sobre todo eso…

Me deje arrastrar por la dicha y la calma que emanaba. Pero luego de un tiempo entendí.

Ella no estaba ahí para vivir mi vida, para sufrir mis penas ni arreglar mis problemas.

Estaba allí para que tuviese un apoyo, un hombro donde llorar cuando tuviese pena, donde gritar cuando tuviese ira, donde reír en mi dicha… Donde descansar en mi desamparo.

“Elisa”… ese era su nombre… mi propia diosa, mi pilar. De no ser por sus puras alas negras y su tez blanca como la nieve, la oscuridad misma habría engullido mi alma.

Los ángeles vienen en todos los tamaños y formas, y todos tenemos uno que vela por nosotros. No es casualidad que el mío venga desde “abajo”… tal vez sea por eso que me entiende tan bien.

Algún día, todos conocerán al suyo… espero vivir para ver ese día... Cuando el cielo y al tierra, estén un poco más cerca que ahora…

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